18 marzo 2009

EL CEPILLADO DE LOS DIENTES

Desde que a nuestros niños les sale el primer diente, debemos fomentarles el hábito de la higiene bucal, así nuestros pequeños se acostumbrarán a lavarse los dientes después de cada comida, de esta manera, conseguiremos prevenir enfermedades dentales.

Los dientes definitivos empiezan a aparecer hacia la edad de seis años y su función es necesaria para toda la vida. Son indispensables porque cortan y trituran el alimento en la primera parte de la digestión; cuanto más se usan, más fuertes y saludables se mantienen.

Para mantener los dientes y las encías en buen estado, se debe consumir una alimentación nutritiva y variada, además de limpiarlos perfectamente después de cada comida.

Las ventajas de la limpieza dental diaria son:

  • Se puede masticar y digerir mejor la comida si la dentadura está completa.
  • Se evitan los dientes picados, las postemillas y enfermedades de las encías.
  • Un buen aseo bucal puede prevenir infecciones graves que afectan todo el cuerpo.
  • Evita el mal aliento.
  • Para mantener sana la dentadura y encías se recomienda tomar las siguientes medidas:
  • Evitar los dulces, ya que dañan muy rápido la dentadura.
  • Lavar bien la dentadura todos los días y siempre inmediatamente después de comer. Empiece a lavarle los dientes al niño tan pronto como le salgan y luego enséñale a hacerlo solo. La mejor manera de lavarse los dientes es la siguiente:
    a) Utilizar un cepillo de preferencia con cerdas suaves.
    b) Deben cepillarse los dientes de arriba hacia abajo y los de abajo hacia arriba, sin olvidar cepillar las muelas con movimientos circulares y las encías, ya que esto activa la circulación.
    c) También debe cepillarse la lengua en un movimiento suave de arriba hacia abajo.
    d) El tiempo del cepillado no debe ser menor de tres minutos.
  • No les dé biberón a niños mayores. El chupar continuamente el biberón con líquido dulce, daña los dientes y causa picaduras.
  • Si no tiene cepillo para los dientes, amarre un pedacito de toalla en la punta de un palito, y páselo como cepillo, y si no tiene pasta, mezcle un poquito de sal y bicarbonato en igual cantidad, y use esto en su cepillo; moje un poco el cepillo antes de meterlo en el polvo.

Esta mezcla sirve igual que la pasta para lavarse los dientes. Si no tiene bicarbonato, use sólo sal.

A continuación si pincháis en los siguientes enlaces podréis ver tres capítulos de los dibujos "Erase una vez la vida" relacionados con la higiene bucal.

Son muy recomendables para los niños ya que son muy didácticos y a través de ellos podrán entender facilmente la necesidad de lavarse los dientes a diario.

Parte primera
Parte segunda
Paerte tercera

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